Un paseo por la selva Lacandona
Recorrido por la selva Lacandona
Si quieres una
experiencia de vida maravillosa, visita la selva lacandona.
Este maravilloso punto del
planeta está protegida por los lacandones, pueblo pobre y recientemente
incorporado a lo que llamamos mundo civilizado. Ellos han salvado este pulmón
del planeta de la poda indiscriminada, la utilización con fines monetarios de
sus riquezas, sin pensar en el futuro y la destrucción por guerras u otras
barbaridades, como ha ocurrido con otras selvas.
Es uno de los ecosistemas tropicales húmedos más importantes de
México. Tiene una gran biodiversidad conserva más de 70 especies de animales.
El contacto con
este mundo natural es una experiencia que te cambia y te llena de energía.
Comenzamos el
recorrido con las 3 advertencias que nos explicó nuestro joven guía, Chambor:
No salirse del
sendero, por no pisotear el área matando las plantas que están naciendo y para
no encontrarse con algunas de las serpientes como la naryate que es muy venosa
y claro, para no perderse.
Chambor, nuestro guía |
Segunda regla,
el guía va primero pues puede identificar los peligros.
Tercera, no
tocar los frutos, muchos de ellos pueden irritar la piel y ser venenosos.
Un disfrute
para los sentidos:
Los matices de
verde se combinan con el color de los troncos de árboles con algunas plantas
rojas, con el cielo azul y los arroyos de agua celeste, verde o blanca.
Mires por donde
mires, encuentras perfectas creaciones, ramas caídas troncos grandes o pequeños,
siempre de formas retorcidas, hongos que nacen en piedras, diademas de plantas
entrecruzadas. Observar esta perfección es algo sublime y una experiencia
inolvidable.
Ojalá nuestras pupilas tuvieran una memoria adicional y se pudieran
volver a recrear esa experiencia, cada vez que estemos ocupados en algo no
importante, en un lugar repleto de polvo y smog.
Los sonidos de
la selva son mágicos, ese silencio perfecto te llena de paz, de energía y todo
parece tener sentido. El sonido del agua que cae, la brisa, las hojas y su movimiento
perfecto, cortado por el sonido de los animales es algo irreproducible y
maravilloso.
Tocar los árboles,
abrazarlos sentir su energía y su historia es una muy buena experiencia espiritual.
Diferentes texturas, el suelo lleno de hojas y raíces es una alfombra perfecta.
Qué decir del
aroma del viento, de la corteza de los arboles como el copal o el palo santo,
es un aire libre de toda contaminación. La naturaleza te recarga de energía da
un profundo sentido de la vida que produce algo muy cercano a la felicidad.
La selva
lacandona tiene bajo su verde manto la historia maya, por ello recorrerla es
encontrarse con restos de piedras utilizadas en las pirámides o palacios. Recorrerlo
es sentir la vida de esos lejanos ancestros que amaban la naturaleza y tenían
un sentido diferente de la vida y de la muerte. La selva nos acerca a ellos y
nos ayuda a entenderlos.
Lugares
totalmente puros no tocados por la mano del hombre, por la codicia, por el
progreso mal entendido. Encontrar estos lugares puros es una experiencia
profunda, te ayuda a viajar a tu pasado a relacionarte con tu propia historia,
tus lugares de naturaleza que visitaste de pequeño, tus paseos favoritos y
secretos, todos ellos reviven.
Que más mágico
que llegar al ojo del agua, agua pura y cristalina, fuente de la vida.El
nacimiento del agua es el origen de la vida, ver surgir el agua de la tierra te
contacta con el origen de todo.
¿Hay algo mejor
que esto?
Los lacandones son los
antiguos moradores de la selva y se llaman a sí mismos Hach Winik u “hombres
verdaderos”.
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